Peñarrubia - Las Grajas by Paparruchas (05/10/13)

Con más moral que el Alcoyano, jugando contra el Madrid o Barça y arbitrando Muñiz Fernández (del colegio asturiano), este sábado volví a salir yo solico al monte. Ante la ausencia de compañía dudé entre salir o no, de hecho me acosté el viernes sin tenerlo claro del todo; lo único que tenía claro es que, si salía, haría una ruta desde Barahonda (en la punta de arriba del témino) hasta lo alto de Peñas Blancas.
Así se lo hice saber a mi familia y a Carnívoro, ya que el "Manual del buen senderista" dice claramente que, cuando uno sale solo, debe informar a alguien sobre su destino; supongo que será para que, en el caso de que no se haya vuelto a una hora prudente, sepan por donde empezar a buscar para encontrarte. También habrá casos en los que no quieran encontrarte; en ese caso, si conocen donde has ido, ya saben por donde no deben buscarte jamás. En ambas situaciones creo que está más que justificado que se aporte esa información.
El problema está cuando te levantas y se te ocurre ir a otro sitio al que has comunicado. A las 6.45 H de la mañana no vas a despertar a tu mujer y tampoco vas a llamar a Carnívoro para informarlo y despertarlo también. Tanto la una como el otro te pueden mandar, con toda la razón del mundo, a hacer puñetas (por no emplear otra expresión más elocuente).
El caso es que fue dicho y hecho; pensé "Peñarrubia y Las Grajas", cogí un mapa de la zona y me encaminé hacia allá, no sin antes pasar por la churrería a tomarme el cortaico de rigor y comprarme una botella de agua. Como no esperaba que apareciese nadie, a las 7.35 H ya estaba montado en el coche directo a mi objetivo. Al otro día me enteré que Martín y Manolo pasaron por la churrería sobre las 8.00 pero, claro, allí ya no estaba. Hay que avisar antes.

El recorrido fue el siguiente:
Dejé el coche a unos 50 metros antes de llegar a la Casa Quemada llegando por el camino que viene desde La Alquería; fruto de mi mala orientación, yo pensaba que estaba a 500 metros de dicha casa. No la veía porque entre el coche y la casa hay un pequeño montículo. El caso es que eché a caminar en dirección contraria a la que había recorrido con el coche hasta llegar a un mojón que hay a la derecha del camino junto a una mata de romero. De ahí sale un camino que se dirije hasta la madama de la Peñarrubia. Tras un pequeño trecho de "falso llano" la subida se hace un poco mas dura.

Inicio de la subida.

De lejos el camino parece en buen estado, pero una vez allí se puede comprobar como eso no es así; está lleno de piedras sueltas que dificultan bastante la subida, salvo que vayas con un 4X4 (que no tengo) o sepas levitar (que no sé). Pese a eso, enseguida se llega a la cumbre, donde las vistas son espectaculares:

Llegada a la madama.

La Cingla.

Los Bujes y parte de la Sierra del Buey.

Aquí en la madama grabé un vídeo en el que se puede apreciar todo el entorno. Esto de los vídeos es algo que creo que debemos potenciar esta temporada con el fin de ilustrar mejor nuestras andanzas. Eso sí, mejorando la técnica de grabación; en este vídeo me aparece un rayo láser.

Después decidí moverme un poco hacia la derecha para ver el cortado de la madama desde lejos.

 

Hay un montón de metros de caída, casi no se aprecia la madama en lo alto.

Sierra del Buey a la derecha, por detrás asoma el Carche y, en el fondo del centro de al imagen se ve la Sierra de la Pila.

Desde este punto forcé un poco el zoom para captar sierras un poco más alejadas y grabé otro vídeo similar al anterior en el que se ve mejor Las Grajas y sin rayo láser.

Al fondo vemos Albatana y el Condado de Óntur, patria chica de nuestro panadero favorito.

Monte Arabí. Mister Tambourine Man no aprobaría la difusión de fotografías del territorio de nuestra localidad vecina. Espero que algún día pueda perdonarme este atrevimiento.

Peñas Blancas, destino inicial de la excursión. Algún día habrá que hacerla.

Hermana de Jumilla y Hermana de Hellín.

Desde aquí arriba todo se ve muy pequeñito.

Pese a encontrarme muy a gusto en lo alto del monte decidí empezar a bajar porque todavía me quedaba un buen tramo para completar el recorrido.
Bajé por el mismo lugar por el que había subido. Llegué hasta el camino para dirigirme al Barranco del Bonaire.
Aquí debo hacer un pequeño inciso ya que iba yo caminando tan tranquilo cuando noté una sensación rara, algo así como una presencia a mi espalda; alarmado, me volví para comprobar que mi sombra seguía mis pasos. No me podía fallar, lo que pasa es que tiene la costumbre de no levantarse nunca antes de que salga el sol, la muy gandula. Me alegré de que se hubiese venido y así poder disfrutar de su compañía; también le hablé del maravilloso espectáculo que se había perdido por no madrugar más y no haber podido subir allí arriba. Ramona, este es el nombre que le he puesto (Shadow me parecía muy obvio y pretencioso), no me dijo nada, no es de mucho hablar, así que , en silencio, continuamos la marcha.

Aquí está Ramona saludando. Es tímida pero muy simpática. ¡¡¡Qué "salá"!!!

Pronto tomamos la pista que nos conduce al Barranco del Buen Aire (o Bonaire, depende del mapa que miremos). Para llegar a el hay que hacer una pequeña bajada desde la que hay muy buenas vistas.

Santa Ana al fondo y el Cerro del Castillo un poco a la derecha.

Según el mapa debería salir un camino hacia la derecha que lleva hasta las Casas del Barranco; ese camino, si alguna vez ha existido debe haber sido engullido por una pequeña rambla por la que tuve que transitar como pude para poder llegar a las casas.

Aquí podemos ver la tonalidad rojiza que adquiere el terreno en algunos tramos de la rambla.

Y aquí vemos un detalle de los efectos de la erosión del agua.

Inflorescencia de las piteras de las Casas del Barranco.

Casas del Barranco. Al fondo a la izquierda podemos ver los Abrigos del Buen Aire, donde se encuentran las célebres pinturas rupestres.

El clásico perfil de la Peñarrubia por su lado Este.

En primer plano el Cerro del Buen Aire, a la izquierda, Las Grajas, y a la derecha el Cerro del Estudiante.

Seguí adelante y tomé el segundo camino que me encontré hacia la derecha, el que va mas cerca de la Sierra de Las Grajas y que discurre paralelo a ésta, para dejarlo enseguida por el primero que sale hacia la izquierda. Desde allí me encaminé hacia la cresta de Las Grajas, que podemos apreciar en la foto anterior, por donde fui ascendiendo a lo largo de la sierra (por supuesto, manteniendo una prudente distancia de seguridad con respecto al borde).

Bonita perspectiva del Cerro del Buen Aire.

Ya estaba en la cresta y me dispuse a seguirla hasta el otro extremo.

Arista.

A la izquierda se ve la rambla que baja por el centro de la sierra. Es el camino más cómodo para llegar a lo alto del monte. Desde arriba se apreciaba como tenía agua acumulada en las pequeñas pozas que allí se forman, fruto de las recientes lluvias.

Oquedad en la pared. También se aprecia como el terreno está formado por finas capas de piedra estratificadas y superpuestas una sobre otra. Caminar por este terreno tan inclinado no le sentó nada bien a mi maltrecha rodilla.

Peñarrubia.

Cueva del Peligro.

Pequeña pozeta natural.

A lo largo del recorrido hay numerosos anclajes que utilizan los aficionados a la escalada para ascender por las paredes de la sierra. En un punto, delimitado por dos mojones, se encuentra anclada una cadena.

Seguí caminando hasta llegar prácticamente al extremo oeste de la sierra, donde se puede admirar, a mi modesto entender, uno de los paisajes más chulos de nuestro término:

 

Aquí podemos apreciar las altas paredes.

Con la idea, antes comentada, del fomento del rollo audiovisual grabé otro vídeo desde aquí.

Ahora tocaba empezar a descender; para ello bajé un poco para intentar bordear el extremo oeste de la sierra y encontrar la senda que pasa por la umbría y por la que ya transitamos la última vez que estuvimos aquí. A la izquierda son visibles los curiosos montículos típicos del lado sur de Las Grajas.

Extremo oeste de la parte alta de la sierra.

Foto de la Peñarrubia y Cerro del Estudiante desde dicho extremo.

Por aquí bajé "a rocaje vivo" como dirían nuestros amigos ciezanos, o "monte a través" que es más del pueblo. Confieso que toqué el suelo con el culo al menos tres veces durante la bajada.

Estando por fin en suelo llano, me dispuse a almorzar, pero como ya era una hora bastante avanzada lo hice sobre la marcha, sin dejar de caminar. Ello hizo que me acordase de Madame Petardí, que no hubiese consentido que se almorzase en tan precarias condiciones.
Dándole bocados al bocata (de atún, por supuesto) llegué a un camino que, pasando por las casas de Comina y de Los Castellanos, me conducía a la carretera de Fuente Álamo.

Curioso aljibe de formas redondeadas en los alrededores de la Casa de Comina.

Una vez que llegué a la carretera anduve por ella a lo largo de unos dos kilómetros buscando el camino que lleva a la Casa Quemada. Durante ese trayecto hice la típica foto de la Peñarrubia por su lado oeste. Para esta foto utilicé el móvil, ya que en éste llevo guardada otra foto que hice el día 01/03/13 de la Peñarrubia nevada; busqué más o menos el mismo punto para  hacer la foto y así poder comparar las dos.

05/10/13

01/03/13

La parte mas aburrida de la excursión fueron estos dos kilómetros de asfalto que hice a paso ligero para que durara poco. Además apretaba el calor y pasé por un par de sitios en los que estaban vendimiando. Aquí pasé miedo pues temía que, en cualquier momento alguien me dijese: "Nene, toma las tijeras y un capazo y no quiero verte levantar el lomo hasta que llegues al final del hilo".
Pronto llegué al camino que conduce a la Casa Quemada.

Hacia la Casa Quemada.

Una perspectiva diferente.

Ya empieza a cambiar el color de los pámpanos. En unas dos semanas los viñedos adquieren una gran variedad de colorido. Habrá que retratarlos.

Al fondo, el Cerro Cantero. Curiosamente donde están las canteras es en el Cerro que hay detrás, y que en esta foto no se ve, el Cerro González.

Y camina que te camina llegué a la Casa Quemada. Aquí me ocurrió un imprevisto. Cuando me aproximaba a la casa oí a un perro ladrar. Uno no conoce al perro, ni que intenciones tiene. No sabe si es más grande o más pequeño, y lo que es peor: iba solo. Cuando vas en grupo, por mera estadística, tienes menos posibilidades de que te muerda a ti, pero cuando vas solo....., cuando vas solo tienes todas las papeletas.Iba con Ramona, pero es muy difícil morder a una sombra. El caso es que decidí rodear la casa para evitar pasar cerca del cánido, y lo hice por el peor lugar, por la derecha; por este lado me adentraba en un montecillo por donde tenía que cruzar una rambla y así, rodeando, me perdí. No encontraba el camino, ni el coche, ni nada de nada. Pasé unos minutillos de agobio pero, después de hacer bastantes metros de más, encontré el coche por casualidad. Al arrancar para volver al pueblo decidí hacerlo por la dirección opuesta a la que había llegado por la mañana temprano, y nada más pasar el montículo me encontré con la Casa Quemada. ¡¡¡Había dado un rodeo de tres pares de cojones cuando tenía el coche a dos minutos!!! Total, que mucho más quemado que la propia Casa Quemada volví a mi casa, no sin antes cagarme en el perro y todos sus ancestros.

He creado una cuenta en Wikiloc para poder trazar en el mapa las ruticas que hagamos. Luego os digo las claves y todo eso. El mapa de esta ruta está en el siguiente enlace:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5390379