El Tirano Vegetariano en la Luna


Hubo un tiempo en que, a falta de WhatsApp, el correo electrónico era el medio por el cual nos citábamos durante la semana para nuestras excursiones de los sábados. Normalmente era nuestro Líder el que nos proponía el recorrido y nos lo ilustraba con algún plano, a la vez que nos informaba minuciosamente sobre la dificultad de la ruta elegida, así como de la hora de salida y del parte meteorológico previsto. Por ello no nos extrañó a nadie recibir un correo del Líder aquella lejana tarde del 5 de Diciembre de 2011.
Lo primero que me llamó la atención antes de abrirlo fue el título: Madame Craterí. Movido por la curiosidad abrí el correo. El contenido del mensaje es el que viene a continuación:



Fecha:

05-12-2011 20:09

De: El Líder

Para: El resto de la Tiranía

Asunto: MADAM CRATERÍ




Hola estimados compañeros. Para el próximo sábado, aprovechando que tengo un amigo en la nasa (no, no es una manera de decir que tengo un moco en la nariz, no, quería decir NASA, allí donde van los más listos) y que el sábado lanzan una sonda a Marte, me dice que no  les importarían acercarnos a la luna, que nos hacen un hueco en los motores y una vez que pasemos cerca de la luna que nos tiremos, que como la gravedad allí es débil, como mucho nos partimos un par de dientes (no llevéis vino, por el tema de los vidrios). 

Lo chungo va a ser para volver, no tienen pensao ir en mucho tiempo, no hay nada para expoliar, me ha comentao que igual los Chinos van en unos años, para ir montando ya tiendas, piensan en to  los jodíos, van por delante. Y que nos tendríamos que apañar con la comida, yo no tengo mucha chicha, sería de los últimos en servir de alimento. De todo eso ya nos preocuparemos.

La etapa es de 48 km pero como la gravedad allí es un tercio la de aquí, es como si hiciésemos unos 15, lo de siempre. Consistiría en cruzar un cráter y me han dicho que si lo conseguimos que le podemos poner nombre, que sería el mío, por supuesto. 

Pues eso, el sábado a las 7 y media en Cabo Cañaveral, cada uno que llegue como pueda.





Como podréis imaginar durante la lectura del correo se fue apoderando de mí un creciente estado de excitación ante la posibilidad de ver cumplido el sueño de viajar a nuestro querido satélite; hay que decir que nuestro Líder no nos había fallado nunca y había cumplido todas sus promesas hasta ese momento, por lo que me dispuse a prepararme para la ocasión. Por ello no ví, hasta pasada una hora, el correo que minutos después, cancelaba la excursión:




Fecha:

05-12-2011 20:33

De: El Líder

Para: El resto de la Tiranía

Asunto:  CANCELACIÓN MADAM CRATERÍ



Debido a un pequeño error de valoración se cancela esta ruta, el motivo, muy sencillo. En la luna no hay atmósfera y sin atmósfera no hay oxígeno, y sin oxígeno no hay combustión, y sin combustión... CANCELACIÓN TOTAL. De momento esperaremos a que vayan los chinos, igual plagian algún invento de otro para remediar este problema.

Para este sábado, y en un gesto de apertura democrática, Little Queen of Perigayo va a organizar una ruta por las faldas de la Pila, todo pistas de tierra. El almuerzo de empresa tendrá lugar en La Fuente de la Higuera (sierra de La Pila), un marco incomparable para dicho evento, además dada la proximidad de este lugar con el punto de inicio podréis beber y comer como bestias sin miedo al camino de vuelta. Sin más me despido. 

P.D. Si alguien tiene alguna sugerencia, ruego me la envíe. Después veremos si la acato.




 Ciego de ira, y más cabreado que una mona ante la sensación de que alguien había jugado con mis sentimientos, redacté el siguiente correo:





 Fecha:

05-12-2011 21:35

De: Paparruchas

Para: El resto de la Tiranía

Asunto: RE / CANCELACIÓN MADAM CRATERÍ

Me parece muy mal querido líder. Exijo una indemnización por daños y perjuicios.

En cuanto he leído el primer correo he procedido a prepararme para la excursión. Lo primero que he hecho ha sido forrar de papel de aluminio el polar y los pantalones para protegerme de la radiación espacial. Seguidamente me he fabricado una escafandra con la "olla pronto"; con una radial le he hecho un agujero circular, sobre el que he adherido una lamina de poliuretano para tener una óptima visión desde el interior. También he arrancado el mango de la olla, ya que es un poco incomodo a la hora de ponerme la mochila.

Posteriormente he entrado de nuevo al correo y me he encontrado con tu segundo mensaje, que cancelaba la excursión.

Por el papel albal me da igual, no pasa nada (es barato y además lo puedo reutilizar); pero dime tú ahora cómo cojones le explico yo a mi mujer lo de la olla.

Ya hablaremos.

 P.D.: Ya te entenderás con mi abogado.


Lo que ocurrió a continuación lo sabemos por boca de nuestro querido Líder; al parecer unos minutos después recibió la llamada telefónica de un viejo amigo suyo. He aquí la recreación de ese momento:

Líder: "¡¡¡Coño!!! ¿Quién me llama ahora?"


Líder: ¡¡¡Hola Barack!!! ¿Cómo estás tío?
Barack: Por lo que veo estoy mejor que tú. Veo que te has metido en un atolladero de mil demonios.
Líder: ¿Cómo te has enterado?
Barack: Aquí lo sabemos todo chaval.
Líder: No me tendréis pinchado el teléfono, so cabrones.
Barack: ¿Tú que crees? Si se lo tenemos pinchado a la Merkel, que no es nadie, cómo no te lo vamos a pinchar a ti, que eres un Líder influyente a nivel global.
Líder: Chacho, una duda ¿Se lo habéis pinchado también a Rajoy?
Barack: ¡¡¡Qué va, hombre!!! ¡¡¡Ese pinta menos que follatabiques en Madrid!!! Bueno a lo que vamos: Parece que has prometido algo que no puedes cumplir.
Líder: Sí. Les dije a estos de broma que los llevaría de excursión a la Luna y los muy ovejos se lo han tomado al pié de la letra. Ahora, Paparruchas, el muy capullo, pretende llevarme  ante los tribunales porque, al tonto la nona, no se le ocurrió otra cosa que destrozar una olla para hacerse una escafandra.
Barack: Yo, de ese tío, me lo haría mirar. El caso es que, en honor a la amistad que nos une y en pago a  los servicios prestados como asesor mío, te voy a echar una mano. El próximo viernes os envío el Air Force One y os venís para acá. Lo estoy preparando todo en Cabo Cañaveral para que el sábado partáis hacia la Luna en una nave super cuca.
Líder: ¡¡¡No jodas, tío!! No sabes el favor que me harías; estos se están poniendo pesados con el tema.
Barack: Tranquilo hombre. Iréis en un prototipo de los sesenta que nunca llegó a usarse y que diseñó un científico hippie. Funciona con un bio-combustible especial que el propio científico fabricó con algo que cosechaba en el jardín trasero de su casa.
Líder: Sin papeleta. ¿Dónde nos enviarás el avión? ¿A Barajas?
Barack: ¿No te jode el tío? ¿Dónde te lo voy a enviar? ¿Al aeropuerto de Castellón?
Líder: Vale, allí estaremos.
Barack: Otra cosa. Haréis escala en Washington, estoy preparando una barbacoa en mi casa en vuestro honor. Una cosa informal, que sé que no te gusta llamar la atención.
Líder: Lo que quieras pero, como sabes, yo no como carne.
Barack: No te preocupes; te vamos a preparar una ensalada más grande que el estado de Texas. No te vas a ir con hambre.
Líder: Eres un sol, Barack. Pues en eso quedamos.
Barack: OK tío. Nos vemos.
Líder: Ah… dale recuerdos a Michelle y a las nenas.
Barack: Yo se los daré de tu parte. Chao.


Así es como unos días después nos embarcamos en una inolvidable aventura que cambiaría nuestras vidas para siempre.
El amigo de nuestro Líder nos recibió en el pedazo de casa que tiene en Washington y, tal como prometió, nos agasajó con una  barbacoa de las que hacen historia. Ahí va una foto que lo demuestra:


Al día siguiente nos llevaron a Cabo Cañaveral, donde nos proporcionaron toda la información y el equipo necesario para llevar a cabo nuestra excursión. Algunos de mis compañeros no resistieron la tentación de fotografiarse con los trajes espaciales que la NASA puso amablemente a nuestra disposición.

Petardí, Carnívoro y Krisnamurty posando con su equipación.

Nos advirtieron que, bajo ningún concepto, podríamos contar a nadie nada sobre nuestra aventura hasta que pasara un tiempo prudencial y se desclasificaran los documentos relativos a nuestra excursión (yo creo que un par de años es suficiente), y que deberíamos dejar la Luna tal y como la encontramos. Para desplazarnos por allí podíamos utilizar los vehículos que las misiones Apolo dejaron en la superficie lunar, cosa que agradecimos. Pero sobre todo, y en esto nos insistieron mucho, no nos debíamos sorprender por lo que allí encontrásemos (esto último nos mosqueó un poco).

Llegó uno de los momentos más emocionantes de la excursión: el lanzamiento. El vehículo espacial que íbamos a usar recibía el nombre de Flower Power y podía llevarnos a la Luna y traernos de ella gracias a la gran autonomía que le proporcionaba el eficaz bio combustible que creó aquel científico hippie. Además el manejo del cacharro era bastante sencillo.
Nos introducimos en el habitáculo y, tras ponernos los cinturones, se inició el despegue. Pronto estábamos atravesando las capas altas de la atmósfera rumbo a nuestro destino.

El Flower Power ascendiendo a toda velocidad.

Nos impresionó bastante ver la tierra desde tan alto por las ventanillas de la nave. Una sensación verdaderamente indescriptible.

Durante el viaje de ida tuvimos un par de momentos críticos. El primero llegó cuando, ya en el espacio, fuera del campo gravitatorio terrestre, a alguien se le ocurrió bajar una ventanilla de la nave y una botella de vino que llevávamos salió flotando al exterior. El Líder, que conducía la nave, montó en cólera ya que nos había advertido que no llevásemos vino. Ante una situación tan tensa, no podíamos dejar la botella a la deriva, decidimos poner en funcionamiento el brazo articulado de la nave y a Falconí, un hombre acostumbrado a moverse en "gravedad cero", en el otro extremo. Por fortuna Falconí pudo recuperar la botella.

Falconí en acción.

El segundo momento crítico del viaje de ida ocurrió cuando estuvimos a punto de chocar con una de las naves destinadas a recoger chatarra espacial que la NASA ha subcontratado con trabajadores de Europa del Este familiarizados con este tipo de actividad en la tierra. Según nos comentaron los gerifaltes de la NASA, están dejando el espacio como los chorros del oro, aunque de vez en cuando, se confunden y cogen algún satélite en uso (esto me hace pensar sobre el "apagón" durante varias horas de WhatsApp durante la pasada navidad).
Por fortuna conseguimos esquivar el vehículo chatarrero y, eso sí, pulsamos bien fuerte el claxon para obsequiarles con un sonora pitada.

Estuvimos bien cerca del desastre.

No tardamos en llegar a las inmediaciones de nuestro satélite; según las instrucciones debíamos orbitar alrededor de el hasta llegar a Madame Craterí, nuestro objetivo.


Orbitando alrededor de la Luna. Al fondo, nuestro planeta.
Pensábamos que nos costaría encontrar nuestro cráter, pero ya nos advirtieron de que no tenía pérdida. No tardamos en darnos cuenta del porqué.

¡¡¡¡Estaba perfectamente señalizado!!!!.

Tras una hábil maniobra de alunizaje nos posamos sobre la superficie lunar.

El vehículo espacial Flower Power recién alunizado.

Es difícil describir la emoción que sentíamos al estar en un lugar tan remoto, que ha pisado tan poca gente y, que además, hace tanto tiempo de ello. Con toda la solemnidad del mundo, abrimos las portezuelas de nuestro vehículo y nos dispusimos a poner el pie en la Luna; una vez con las puertas abiertas, lo que vimos en el suelo antes de salir supuso un auténtico mazazo a nuestras expectativas.

Alguien había estado aquí antes y además no hacía mucho de ello.

Estábamos consternados, casi en estado de shock; no nos explicábamos cómo había podido llegar eso allí. Era algo que nos rompía los esquemas. Pero, por el sistema de radio que llevábamos en nuestras escafandras, alguien dijo: "Mirad allí". Miramos y lo que se presentó ante nuestros ojos nos dejó helados.

Una extraña construcción prácticamente idéntica al castillo de Jumilla.
 No sabíamos qué decir, no sabíamos qué hacer. No estábamos preparados para algo así. ¿Sorpresa? ¿Miedo? ¿Estupefacción? ¿Incredulidad? Todo ese cúmulo de sensaciones mezcladas desordenando nuestra paz interior. No nos lo podíamos creer.

Intentamos sosegarnos y trazar un plan de acción. Con buen criterio decidimos acercarnos a la extraña construcción para averiguar si era real o fruto de algún espejismo. Tal era nuestro estado de ansiedad que decidimos llevarnos la botella de vino por si necesitásemos un trago, sin caer en la cuenta de que nuestras escafandras nos impedirían acceder al vino.

Me correspondió el primer turno como porteador de la botella.

Poco a poco nos acercamos a la réplica del castillo.

Tras llegar al castillo, y comprobar que era real como la vida misma, nos acercamos al otro lado del cerro para otear el horizonte. ¿Que qué se veía? Pues unos paisajes sospechosamente familiares. Comprobadlo
por vosotros mismos.

Esta era la vista a la derecha.


Y esta era la vista a la izquierda.

Viñedos y más viñedos que se perdían en el horizonte. Estamos de acuerdo en que es un cultivo de secano, pero ¿cómo puede existir aquí, en un entorno tan hostil para la vida, donde no hay ni gota de agua? ¿Qué moto nos han estado vendiendo durante todos estos años diciéndonos que en la Luna no había absolutamente nada? ¿Y qué pijo pintaba allí la Sierra del Buey?

Estuvimos tentados de subirnos a la Flower Power y regresar a la tierra, pero imperó la cordura y decidimos quedarnos. Habíamos venido a hacer una excursión y no íbamos a permitir que nada ni nadie nos estropeara el andandillo. Por unanimidad acordamos encaminar nuestros pasos hacia Madame Craterí y continuar el plan original haciendo caso omiso de de todo aquello que viésemos y que nos recordara a nuestro pueblo. No habíamos venido aquí a calentarnos la cabeza, sino a relajarnos y disfrutar. Dimos media vuelta buscando el cráter.

Carnívoro mirando el mapa y transportando la botella de vino.
A la llegada al cráter, nueva sorpresa; pero ya nos daba igual, habíamos decidido ignorar todo aquello que escapase a nuestro entendimiento.

Peligro general.
Aquí al menos la señal tenía sentido. Había un terraplén bastante peligroso para acceder al fondo del cráter, por lo que lo bordeamos durante unos metros hasta que encontramos un acceso más cómodo.


El Enigmático π‎ bordeando el cráter. A su espalda El Carche. Nosotros ni caso.
El fondo del cráter tampoco tiene nada de especial; una vez que estas dentro es algo así como una plaza de toros gigante. Sin duda alguna esto fue lo más novedoso para nosotros porque en Jumilla no tenemos plaza de toros.
Justo en el centro hay una pequeña elevación fruto del impacto del meteorito que, en su momento, provocó el cráter. Allí había un vértice geodésico que nosotros, con toda naturalidad, coronamos.

Buscando un lugar por donde encaramarnos al vértice geodésico.

Se me olvidaba comentar que en la luna, no sé si es por el tema de la gravedad o por lo que sea, unas fotos salen en color y otras en blanco y negro, siendo la cámara la misma. Intentaré informarme.

Little Queen of Perigayo golpeando con su bastón lo que parece ser un enorme salicornio lunar.
Ya estábamos en la mitad del cráter y sólo nos quedaba atravesar la otra mitad para salir por el extremo opuesto. En un momento dado encontramos la siguiente construcción.

Petardí tomando nota del hallazgo.
Al ver esto pensamos que quizás se tratase de una "Stargate", es decir una puerta que, si es atravesada, se aparece en otro lugar, otro tiempo u otra dimensión. Al final llegamos a la conclusión de que tras esa puerta debe haber un pasadizo que conduce directamente al castillo que vimos al principio; en nuestro pueblo, al menos, es así. Visto lo visto no hay razón para pensar que aquí sea muy diferente.

El último porteador de la botella fue Noé.
 Al salir del cráter encontramos uno de los vehículos lunares abandonados por las misiones Apolo. Como buenamente pudimos nos subimos todos encima y nos fuimos a buscar la Flower Power.


Por el camino paramos a fotografiar esta bonita "estampa santanera".

Sólo le falta el repetidor.

Ahí estaba nuestro vehículo que nos llevaría de regreso a casa.
Tras unos estiramientos, para evitar agujetas, nos dispusimos a efectuar las maniobras previas al despegue. Para ello teníamos que buscar una zona llana y, como los aviones, tomar carrerilla. Íbamos ya lanzados cuando, ante la siguiente visión, tuvimos que frenar bruscamente.

Dos hombrecillos verdes nos dieron el alto.
Hablaban castellano perfectamente pero, lo que más nos llamó la atención fue que no necesitasen escafandra y pudiesen respirar en una atmósfera carente de oxígeno. Nos sometieron a un concienzudo interrogatorio preguntándonos cosas como quienes eramos, de dónde veníamos y adonde íbamos (les faltó preguntar si estábamos solos en la galaxia o acompañados); las grandes preguntas que la humanidad se viene haciendo desde el principio de los tiempos ¿cómo cojones íbamos a saber responder nosotros a semejantes enigmas?
También tomaron muestras de nuestro aliento, haciéndonos soplar a través de un extraño tubo (fue algo así como una abducción). Tras ello, nos dejaron continuar nuestro camino, no sin antes requisarnos la botella de vino.
Tras un segundo intento, conseguimos despegar y poner rumbo a nuestro querido planeta tierra, mirando por el retrovisor el lugar que acabábamos de abandonar y preguntándonos si estaríamos dispuestos a repetir la experiencia.


Durante el trayecto de regreso nos asaltaban las dudas.¿proviene la civilización jumillana de la luna? ¿tuvimos que abandonar este satélite por algún cataclismo? ¿era una civilización tan avanzada que pudo hacer un viaje espacial y modelar en la tierra el entorno a imagen y semejanza del hogar que había tenido en la Luna? Si era una civilización tan avanzada ¿Por qué se eligió tener como vecinos a una civilización menos evolucionada capaz de construir su pueblo a la umbría de un monte? ¿Por qué ahora estamos como estamos? Preguntas sin respuesta, enigmas, misterios. Vete tú a saber.

Rumbo a casa.
Debido a la hora que se nos había hecho, y que al otro día había que trabajar, consideramos que lo mejor sería no aterrizar en Houston y sí más cerca de nuestra casa; ya devolveríamos el vehículo.
El lugar elegido para el aterrizaje fue el aeropuerto militar de San Javier. Craso error, ya que una vez que tomamos tierra nos percatamos de que la pista era demasiado corta para un vehículo espacial, por lo que tuvimos que desprendernos del paracaídas de frenado y remontar de nuevo el vuelo.


La Flower Power momentos antes de desprenderse del paracaídas de frenado.
Ante la situación de emergencia, no nos quedaba mucho combustible, y tras comprobar de que sabíamos nadar todos, decidimos amerizar frente a la costa de Cartagena.

Amerizaje forzoso.
Tras ponernos todos a salvo, y una vez que sacamos al Flower Power del agua, dejamos el vehículo al cuidado de un gorrilla y nos fuimos a tomar unas cañas.
Del Flower Power nunca más se ha sabido nada. Del gorrilla tampoco.

¿Por qué no hemos contado nuestra historia hasta hoy? En primer lugar por cumplir con nuestro compromiso de confidencialidad con la NASA. En segundo lugar porque, tras el parón de semana santa, algo había que escribir en el blog para que no se nos muera. Y en tercer lugar, y quizás el mas importante, por echarnos unas risas.

El próximo sábado hay nueva salida. Esta ya será en serio.

5 comentarios:

  1. Jajajajajajajaja!!! Ay, Sime, qué arte más grande tiés!!! Casi me atragantooooo.

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    1. Me alegro de que te guste. Estoy un poco asustado, ya te dije que la historia roza el frikismo. Intentaré pensar un poco menos.

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  2. Muy buena historia para este parón de Semana Santa, jajajajajajaa!!
    Y muy buenos todos los "injiertos" en la parte visual, jajajajajaja

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    1. Le dije a Bélula que te lo comentara porque sabía que te iba a hacer gracia. El rollete visual ha sido con una de esas aplicaciones que llevan los móviles modernos. Eso sí, a costa de dejarme media docena de dioptrias de cada ojo en el intento. Me alegro de que te guste.

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  3. Little Queen of Perigayo16 de mayo de 2014, 15:47

    Muy interesante, pero me quedo con la duda, ya que mi memoria esta muy fragmentada, ¿alguien comprobó si existía un pasadizo entre la extraña construcción similar al Casón y el castillo lunar?.

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