El Carche 01/06/13 by Paparruchas

6.30 H de la mañana. Suena el despertador y me levanto corriendo para apagarlo no vaya a ser que, a tan temprana hora, despierte a toda la familia. Hoy es Sábado y toca monte. Tras el correspondiente aseo personal (incluso me peiné), me pongo la ropa de tiranear y las botas de montaña. Ahora es el turno del vasico de leche con Cola Cao (¿se puede hacer publicidad aquí?. Como no hay nada cerrado con nuestro futuro patrocinador, supongo que sí); pues eso, que me pongo el Cola Cao y busco algo sólido para acompañarlo. Encuentro unas galletas cuyo sugerente nombre me hace pensar: "Empezamos bien el día".

Esta es la galleta.

Me tomo unas cuantas y me siento a esperar........., espero.........., sigo esperando............(ruido de grillos).....NADA. ¡¡¡Son inocuas!!!. Otro caso más de publicidad engañosa.

Comenzar el día con tamaña decepción me sentó bastante mal. Total, que bajo con la mochila a la calle y me monto en mi desvencijado automóvil para llegar, lo más rápido posible, al lugar habitual de reunión, ya había perdido demasiado tiempo con la espera de las galletas fraudulentas.

Quizás se deba a mi mosqueo tempranero pero, al aparcar y contemplar un día más la visión del Mariano Suarez (antiguo Ibáñez Martín) se me ponen los pelos como escarpias.

Mariano Suarez con su, ya característico, vallado perimetral.

¿Cómo es posible que esto esté así después de un mes y pico? ¿Se quedará así para siempre? ¿Se habrán olvidado de que está vallado? ¿Sigue siendo un colegio o ahora es una penitenciaría? Porque por su aspecto externo más bien parece ésto último. Lleva el mismo camino de eternizarse como aquella especie de anfiteatro romano en ruinas que había antes en el solar que hoy ocupa la Piscina Municipal (por cierto, lleva dos años cerrada), o que la Casa Amarilla del Jardín de las Ranas.
El Ayuntamiento dirá que es cosa de la Consejería, la Consejería dirá que es cosa del Ministerio y el Ministerio dirá que es un misterio. Pero bueno, nos queda esperar a Wert qué sucede.

Cuando llego al lugar de reunión ya hay algunos andarines tomando el café; como todavía falta alguno más me pido uno mientras esperamos.
No tardan en llegar. Cuando veo llegar al Líder compruebo con estupor que no lleva mochila y pienso "Joder este tipo no se viene" (a mí es que me gusta que se venga el Líder). Dice que sí, que se viene , pero que no encuentra la mochila por lo que necesita que alguno de nosotros hagamos de porteador con sus pertenencias, que lleva en una bolsita de plástico.
Nos montamos en los coches, compramos el pan "ca Pedro el Ontureño" y le comentamos lo del patrocinio. No parece estar muy convencido por lo que el Líder le dice "es una gran oportunidad para tu negocio. Con la de gente que nos encontramos por el monte", pero Pedro sigue en sus trece. Yo no me preocupo porque la negociación se encuentra en sus primeros pasos y es normal que haya ese típico "tira y afloja" entre las partes. Por si acaso esta semana tendré una toma de contacto con Microsoft por si Pedro nos falla.

Tras la compra del pan nos dirigimos a nuestro punto de partida: El Carche. Más concretamente la explanada que hay más adelante de la Casa de los Carriones, antes de llegar al Barranco del Saltaor.
La ruta consiste en, partiendo desde ese punto, caminar por la Senda del Mosquito hasta la pista que transcurre bordeando por lo alto del Barranco de la Guarafía; siguiendo esta pista hacia un punto por el que sale una senda a mano izquierda que nos lleva al paraje de Pisana, y de allí al punto de partida (que, como es habitual, es el mismo que el de inicio).

Antes de echar a andar nos hicimos una foto de grupo en la que podemos vez una cara nueva, se trata de Steve, un amigo y compatriota de Alex que nos acompañó, y disfrutó, en esta excursión.
También hay que decir que esta ruta suponía la despedida de Alex que, con el inminente fin del curso escolar, deja nuestro pueblo; ha sido un placer patear los caminos con este simpático californiano durante este año. Seguro que lo echaremos de menos.

El equipo.

Comenzamos el ascenso por la senda entre una frondosa pinada. El hecho de que nos encontremos en la umbría del monte y la temprana hora, acrecientan la sensación de fresquito.

No tardamos en encontrar la Cueva de la Pólvora (zulo, en euskera) y, como es natural, no resistimos la tentación de apartarnos momentaneamente del camino y echarle un vistazo de cerca. El tirano es un animal curioso por naturaleza.

Como ya he mencionado el Líder iba sin mochila, por lo que tres personas tuvimos que hacer la función de Sherpas para su mayor comodidad. Se puede decir que lo llevamos en volandas durante todo el recorrido ya que nosotros cargábamos con el peso de sus enseres; pocos, eso sí, el Líder es un hombre austero. Steve le llevaba el pan, yo le llevaba el agua, y Mme Petrolí, anteriormente conocido como "Mme Almansí", anteriormente conocido como "Mme No Petardí", anteriormente conocido como "El Senderista anteriormente conocido como Mme Petardí", que a su vez era anteriormente conocido como "Madame Petardí", le llevó la bolsa de plástico (a ver si nos vamos aclarando con los nombres).

Libre libre quiero ser........

Aquí el Líder nos muestra la ausencia de mochila en su espalda.

Pinos, pinos y más pinos.

Ruinas de la Casa del Mosquito.

Una vez que llegamos a la pista forestal tomamos camino a la izquierda y pronto, tras un recodo del camino, encontramos ante nuestros ojos el impresionante aspecto del Barranco de la Guarafía.Sin duda uno de los más bellos de todo el Carche.

Densa pinada.

Visión parcial del barranco.

A la orilla de la pista encontramos una planta con unos curiosos frutos, éstos eran una especie de vaina anaranjada con apecto hinchado como un globo. Abrimos una y comprobamos cómo dentro estaban las semillas y despedía un olor similar al del pimiento. Desconocemos de qué planta se trata, por lo que pedimos a Antonio Martínez, vía comentario o vía Bélula, nos aclare algo al respecto. 

   

Esta es la planta.

Esta es la vaina.

Continuamos caminando. Poco después comenzamos a escuchar unos gruñidos o rugidos bastante preocupantes. No, no había ningún jabalí cerca (o si lo había no se manifestó), era el sonido de nuestras tripas indicándonos que ya iba siendo hora de almorzar.

Paramos a almorzar en el cruce que se ve en la foto que sive como cabecera a esta entrada, aunque apartándonos unos metros de la pista forestal.
Pese a que creíamos que no llevábamos vino Alex nos sorprendió al decirnos que él portaba una botella; y aunque creíamos que no llevábamos sacacorchos, Alex nos volvió a sorprender al decirnos que la traía abierta. ¿Cómo no lo vamos a echar de menos?
Durante el post-almuerzo el Líder hizo esta bonita fotografía de unos insectos que se encontraban en una flor de jara.

Pero eso no fue todo. Un pequeño coleóptero se posó en las manos del Líder y también lo fotografiamos.

Tamaño real.

Aumentado.

Alex relajándose tras el almuerzo.

Continuamos nuestro camino y pronto comenzamos a ver el paraje de Pisana allá abajo. Allí es donde nos dirigíamos.

Pisana con la sierra de Salinas al fondo.

Bonita vista de la Sierra del Serral.

Carrascas, pinos, carrascas, pinos........

En la siguiente foto podemos ver un pino que ha brotado hace poco. Aún se le puede ver el resto se la semilla en su extremo superior.

Más adelante dejamos la pista forestal para tomar una senda que sale a la izquierda y que acorta sensiblemente el trayecto. Empezaba a pegar el sol y no queríamos que se nos hiciera muy tarde. A la altura de 3/4 de la foto siguiente se aprecia como sale la senda de la pista y el tramo que llevábamos recorrido.

El monte nos mostraba toda su belleza, por lo que la visión que tuvimos a continuación nos hizo daño en los ojos. Algún desaprensivo no tuvo otra ocurrencia que utilizar el monte como basurero. Hay que tener los huevos "cuadraos" para transportar esa cantidad de chatarra hasta este lugar y tirarla allí. A juzgar por el estado oxidado de los botes, el vertedero lleva ahí bastante tiempo.

Para compensar ahora va una foto de unos bonitos líquenes adheridos a la corteza de una rama.

Hicimos una pequeña pausa para hidratarnos y descansar a la sombra de un pino.

Ya en Pisana continuamos caminando por un viejo camino recreándonos ante la visión de las florecillas silvestres del campo.

La floresta en todo su esplendor.

Dos gringos en Pisana.

Más líquenes.

La fotografía siguiente está realizada con la técnica popularizada por Miguel y a la que ha llamado "fotografía in itínere". Consiste en hacer la foto sin dejar de caminar, a veces incluso corriendo. La dificultad estriba en que la foto no salga movida, nuestro querido Miguel ha llevado esta modalidad fotográfica a las más altas cotas de perfección; las hace incluso de espaldas.

Fotografía in itínere.

Y más pinos.

Poco más adelante abandonamos el camino y comenzamos a transitar por una bonita senda que nos llevaba a nuestro destino.

Una vez más nuestro Líder jugó con nuestras ilusiones (y eso de que ya está advertido de que no lo debe hacer). Llevaba ya un rato diciéndonos que nos iba a enseñar unas pinturas rupestres y al final lo que nos encontramos fue esto.

Ignoramos la autoría de las mismas pero al autor le diríamos que, como gracia está bien, pero que con esa ya basta; no se trata de llenar los montes de este tipo de ilustraciones.

Continuamos caminando por la senda hasta llegar a los coches. Tras unos fugaces estiramientos nos volvimos al pueblo para tomar unas frescas y reparadoras cervecitas.

Como parte de los actos programados de despedida a nuestros amigos americanos por la tarde se celebró un partidillo de basket en la pista de la Ronda de Poniente. Tras ello otra cervecita, ducha, y salida nocturna por las antros de nuestra localidad. Ya nos contarán los asistentes cómo acabó la despedida.

FOTOS DE MIGUEL
FOTOS DEL PARTIDO

Track de la excursión: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7011712